Santiago, 15 de noviembre. Periodismo Uniacc. Marjorie Rodríguez Osses.
El caso de Cathy Barriga, otrora alcaldesa de Maipú y figura de la farándula chilena, ha sido un verdadero culebrón que ha mantenido a la opinión pública chilena en vilo. Más allá de las acusaciones formales de fraude al fisco y falsificación de documentos públicos, este caso ha estado rodeado de una serie de hechos y circunstancias que han alimentado la curiosidad y el morbo de muchos.
Los flashes de las cámaras, antes dirigidos a sus múltiples ocurrencias, ahora se posaban en su rostro desencajado, y todos aquellos vecinos, que antes la apoyaban, ahora la señalan con el dedo. De un minuto a otro, todos empezaron a dudar debido a las acusaciones administrativas contra ella y de ese particular estilo de liderazgo que ejercía- según testigos- a base de amenazas.
Mientras tanto, en la prensa y en redes sociales, se desataba un espectáculo mediático que la retrataba en un rol que ella misma no había previsto. Pasó de ser la figura sonriente y dinámica de Maipú a convertirse en el centro de una controversia que acaparaba titulares. Los debates se multiplicaban, y las imágenes de sus actividades pasaban por un filtro cada vez más crítico.
Los días avanzaban y, aunque Cathy intentaba mantener la compostura, la presión era evidente. Las acusaciones se acumulaban, y los periodistas buscaban incansablemente la pieza clave que destapara algo más que las sospechas.
Arrestro domiciliario y venta de contenido para adultos
En un giro inesperado que conmocionó a la opinión pública, Cathy Barriga, mientras cumplía arresto domiciliario, anunció su ingreso a la plataforma de contenido para adultos "OnFayer". Esta decisión generó un intenso debate sobre los límites entre la vida pública y privada, la monetización de la imagen personal y la ética en el ejercicio de la política. Sin embargo, ante las críticas recibidas por la venta de material erótico, Barriga se defendió y en varias declaraciones sostuvo que la plataforma era su única alternativa de ingreso mientras cumplía arresto domiciliario, y que la iniciativa solo respondía a una necesidad económica.
Fue tanto el revuelo, y el éxito en la venta del material, que el 9º Juzgado de Garantía de Santiago ordenó embargar las ganancias de la plataforma como medida de compensación por el daño causado a la comuna de Maipú, medida empujada por el actual alcalde de la comuna, Tomás Vodanovic.
Además se le acusa de pedir a la Municipalidad de El Quisco falsear un diagnóstico médico para su hijo, con el supuesto fin de que pudiera salir de su residencia donde se mantenía con arresto domiciliario.
La audiencia de revisión de cautelares
Antes de ingresar a la audiencia de revisión de medidas cautelares, Barriga fue abordada por la prensa, donde se mostró muy segura. Es más, se dio el tiempo de emplazar a los periodistas y mostrar su molestia por el constante asedio. Y a pesar de que se muestra abierta a hablar, siempre lo hace bajo sus propias reglas.
Durante el desarrollo de la audiencia, muchas situaciones llamaron poderosamente la atención, como por ejemplo, la preocupación que mostró al perder una de las cintas rosas de sus zapatos. Además, mientras avanzaba la audiencia, se mostró todo el tiempo indiferente, revisando las redes sociales a través de su teléfono personal.
Finalmente, el tribunal determina la prisión preventiva, y la orden es clara; debe ser ingresada al penal femenino de San Miguel. Allí, quedó internada en el Módulo N°2 del recinto, que corresponde a una sección de reclusos de connotación social o pública. Pero antes de partir, se produce aquella imagen icónica de ella despidiéndose de su esposo, Joaquín Lavín Jr, en donde además le hace entrega de uno de sus dos teléfonos personales, situación que llamó mucho la atención de los presentes.
Según informaron algunos medios, y ya en prisión, la otrora jefa comunal tuvo que ser atendida por la dupla psicosocial a cargo de la estabilización emocional de los internos en su primera noche recluida y antes de que fuera trasladada al módulo 2 debido al estado vulnerable y de tristeza que presentaba. Posteriormente, y tras ser recibida por Leonarda Villalobos, formalizada por el Caso Audios, fue ingresada a la unidad de "connotación social", donde compartió junto a otras 16 reclusas.
Asimismo, lo que más llamó la atención de los presentes es la cantidad de detalles que entregó de su vida, tanto personal como profesional, principalmente la preocupación por su hijo con autismo.