Actualizado 21/08/2014 06:07

El Fiscal General de EEUU se reúne en Ferguson con la familia de Michael Brown

Cesado un policía de San Luis que apuntó un arma contra un manifestante pacífico

   FERGUSON (MISURI, EEUU), 21 Ago. (Reuters/EP) -

   El Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, se ha reunido en la localidad de Ferguson (Misuri) con miembros de la comunidad local y la familia del joven negro Michael Brown, muerto por disparos de un agente de la Policía, en un intento por calmar unas protestas que parecen haber remitido.

   Holder, el primer afroamericano al frente del Departamento de Justicia, ha hablado en persona con estudiantes y dirigentes locales durante una visita a Ferguson, epicentro de manifestaciones durante doce noches consecutivas.

   El fiscal también se ha visto, durante 20 minutos, con los padres de Brown en la oficina del Ministerio Público de San Luis. Oficialmente, no han trascendido detalles de estos contactos, pero una fuente conocedora ha asegurado que Holder prometió una investigación "justa e independiente" de las circunstancias en que perdió la vida el joven de 18 años.

   Las autoridades estudian ahora si el agente Darren Wilson, responsable de los disparos, cometió algún delito o violó las libertades civiles de Brown al utilizar de forma excesiva la fuerza. Un gran jurado ha comenzado a recabar pruebas por este caso, aunque parte de los manifestantes han reclamado que sea un fiscal especial quien se encargue de las pesquisas.

   La jornada del miércoles, sin embargo, transcurrió sin apenas incidentes. Varias decenas de personas se manifestaron pacíficamente y gritaron consignas como "Manos arriba, no dispare", que se ha convertido en uno de los gritos más reconocibles de estas protestas.

   La tensión se hizo palpable cuando un grupo de manifestantes rodeó a una pareja que portaba un símbolo de apoyo a la Policía. Las fuerzas de seguridad intervinieron para sacar a esta pareja, que finalmente fue escoltada a salvo hasta otra zona.

CONDUCTA POLICIAL

   Ferguson, un suburbio de San Luis con 21.000 habitantes, se ha convertido en símbolo de las diferencias raciales que aún persisten en Estados Unidos. La localidad, de mayoría negra, cuenta con una Policía, una administración y un sistema de educación pública dominados por la minoría blanca.

   El caso de Michael Brown también ha puesto sobre la mesa la conducta de las fuerzas de seguridad, ahora en el punto de mira. Un agente de la Policía de la zona de San Luis ha sido apartado indefinidamente de su puesto después de apuntar con un fusil semiautomático hacia un manifestante pacífico tras un "intercambio verbal".

   Este incidente, confirmado el miércoles, se produjo poco antes de la medianoche del martes. Ninguna persona resultó herida, según el departamento de la Policía del condado, que ha informado de que un sargento fue quien intervino para ordenar al agente que bajase el arma.

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