Actualizado 03/12/2014 10:05

Esposa de Gross: "Alan no aguantará otro año" en la cárcel de Cuba

Alan Gross
Foto: REUTERS

NUEVA YORK, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Judy Gross, la mujer del estadounidense detenido en Cuba Alan Gross,  ha asegurado que no sabe cuánto tiempo más podrá aguantar su marido y ha pedido al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que consiga que su marido vuelva a casa.

   "Alan dice que no va a aguantar otro año en prisión en Cuba, me temo que estemos ante el final", ha lamentado en un comunicado difundido este miércoles. Frustrado por la inactividad diplomática hacia su caso, Gross ha amenazado con suicidarse si no es liberado pronto.

   "Después de cinco años literalmente consumiéndose ha llegado la hora de que el presidente Obama trabaje para que Alan vuelva ya a Estados Unidos. De lo contrario, será demasiado tarde", ha alertado su mujer, según recoge la CNN.

   Su familia ha advertido de que su salud se está deteriorando. Ha adelgazado más de 45 kilogramos, apenas puede caminar debido a un dolor crónico y ha perdido cinco dientes y gran parte de la visión de su ojo derecho, según el comunicado.

   Sus comentarios se producen en el quinto aniversario de la detención de su marido por parte de las autoridades cubanas. Alan, de 65 años, había estado trabajando como subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Desde marzo de 2011, cumple una condena de 15 años acusado de introducir en Cuba equipos de comunicación por satélite como parte de su trabajo para el Departamento de Estado.

POSIBLE INTERCAMBIO

   Según explica la cadena CNN, el Gobierno cubano ha hecho un llamamiento para llevar a cabo un posible intercambio de prisioneros: Gross a cambio de liberar a tres agentes de inteligencia cubanos que se encuentran cumpliendo largas penas en una prisión federal de Estados Unidos.

   Pero el Departamento de Estado estadounidense ha vetado la proposición. Según ha explicado, Gross no es más que un trabajador humanitario que trataba de ayudar a la pequeña comunidad judía de Cuba y llevarles una conexión a la red a pesar de las restricciones del Gobierno cubano sobre el acceso a Internet.

   Para Cuba, el prisionero forma parte de un complot para crear "una primavera cubana" y desestabilizar al Gobierno comunista de la isla.

   Bajo amenazas de suicidio, Gross se ha negado a recibir las visitas de sus familiares desde el mes de julio, así como a reunirse con diplomáticos estadounidenses en La Habana en protesta por la lentitud de los progresos para liberarlo.

   El Departamento de Estado volvió a pedir el martes su liberación denunciando su "encarcelamiento injustificado en condiciones difíciles en Cuba". "Es muy decepcionante, especialmente porque su objetivo era proporcionar a los cubanos acceso a Internet, que el Gobierno no permita que el Sr. Gross vuelva con su familia", ha lamentado. "Reiteramos nuestro llamamiento al Gobierno cubano, haciéndonos eco de los líderes extranjeros e incluso de los aliados de Cuba, para que liberen a Alan Gross de inmediato", ha sentenciado.

   El mes pasado, los senadores estadounidenses Jeff Flake y Tom Udall viajaron a Cuba para hacer presión y calificaron este encarcelamiento como "un impedimento para la mejora de las relaciones estadounidenses con la isla".

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