MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los cubanos no tendrán que ir a trabajar este Viernes Santo ni tampoco en los próximos años, según lo ha anunciado el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la isla, que adelanta así una decisión adoptada el pasado mes de diciembre por la Asamblea Nacional del Poder Popular y que estaba previsto que entrara en vigor a partir de junio.
Así lo ha anunciado el Ministerio en un comunicado publicado este martes por el diario oficial 'Granma', subrayando que el 'Código del Trabajo' aprobado en diciembre establece que habrá receso laboral el Viernes Santo de cada año.
No obstante, en su resolución publicada hoy, el Ministerio aclara que quedan exentos de este día 'feriado' aquellos que trabajen en "las labores relacionadas con la zafra azucarera y otros trabajos agropecuarios urgentes, industrias de proceso de producción continua, labores urgentes de carga y descarga, servicios de transporte y su aseguramiento técnico indispensable".
Tampoco tendrá día festivo los que trabajen en servicios "hospitalarios y asistenciales, farmacias y expendios de gasolina, funerarias, jardines vinculados con estas y cementerios, servicio de hospedaje, comunicaciones, transmisiones de radio y televisión, centros de recreación y atracciones turísticas, acopio y distribución de leche y demás servicios públicos básicos, y actividades de pesca y otras autorizadas por la ley".
Según resalta la emisora Radio France International, con esta medida el Gobierno de Raúl Castro cumple con la promesa que le hizo al anterior Papa, Benedicto XVI, durante su visita a la isla en marzo de 2012.
Entonces, el Pontífice pidió al presidente cubano que declarara festivo el viernes santo y Castro accedió a hacerlo, aunque de forma "excepcional", hasta que el Parlamento considerara la cuestión. Por este motivo, el año pasado el Viernes Santo fue 'feriado' aunque de manera excepcional pero a partir de este año ha quedado incluido así en el calendario laboral.
Las procesiones católicas fueron suprimidas en Cuba en 1961 mientras que la festividad de Navidad se suprimió en 1969, como parte del enfrentamiento que mantuvo en esa época el entonces presidente, Fidel Castro, y la Iglesia Católica. La visita de Juan Pablo II en 1998 puso fin a ambas suspensiones y supuso el deshielo en la relación entre el régimen y la Iglesia.