Fueron la principal causa de muerte en toda la UE y, el coronavirus, la tercera
BRUSELAS, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las enfermedades cardiovasculares causaron un 24% del total de muertes registradas en España en 2020, una cifra que asciende a 493.776 decesos, frente al 15% que causó el Covid-19, según datos de la oficina estadística comunitaria Eurostat de este martes.
Del total de 119.853 muertes que causaron las enfermedades del sistema circulatorio en España en el año del estallido de la pandemia, casi el 52% fueron mujeres, mientras que el porcentaje restante corresponde a pacientes varones.
En 2020, a pesar del Covid-19, las enfermedades del sistema circulatorio fueron la principal causa de muerte en todos los países de la UE, excepto en Dinamarca, Irlanda, Francia y los Países Bajos, donde fue el cáncer.
Estos dos grupos de enfermedades siguieron siendo las principales causas de muerte y, en total, 1,7 millones de personas fallecieron por enfermedades circulatorias y casi 1,2 millones por cáncer.
Entre los miembros de la UE, la mayor proporción de muertes por enfermedades del sistema circulatorio se observó en Bulgaria (61%) y la menor en Francia (20%), mientras que la mayor proporción de muertes por cáncer se observó en Irlanda (29%) y la menor en Bulgaria (15%).
Las enfermedades del sistema circulatorio y los cánceres representaron conjuntamente el 55% de las causas de muerte en la UE, un dato que oscila entre el 42% de Bélgica y el 76% de Bulgaria.
En el año en que estalló la pandemia, el Covid-19 fue la tercera causa principal de muerte en toda la Unión Europea, con un total de casi 439.000 fallecimientos, con los porcentajes más elevados de muertes en Bélgica (18%) y España (15%), mientras que los más bajos correspondieron a Finlandia y Estonia (ambos con un 1%).
En cuanto a las cifras absolutas de defunciones, con 1.787 muertes por cada 100.000 habitantes, Bulgaria registró la tasa de mortalidad más alta de la UE en 2020, seguida de Rumanía (1.622), Hungría (1.513), Lituania (1.482) y Letonia (1.445).
En el extremo opuesto, la tasa de mortalidad más baja de los países de la UE se registró en Francia (863 muertes por 100.000 habitantes) e Irlanda (892), por delante de Luxemburgo (905), Finlandia (917) y España (919).