MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Excavaciones en una cueva de Israel aportan evidencia convincente de que los neandertales y el Homo sapiens compartieron aspectos de la vida cotidiana, la tecnología y las costumbres funerarias.
Estos hallazgos, publicados en Nature Human Behaviour, subrayan la complejidad de sus interacciones y apuntan a una relación más entrelazada de lo que se suponía anteriormente.
Dirigida por las universidades de Tel Aviv y Hebrea de Jerusalñen, la excavación de la cueva de Tinshemet está en curso desde 2017. Un objetivo principal del equipo de investigación es determinar la naturaleza de las relaciones entre el Homo sapiens y los neandertales en el Levante Paleolítico Medio. ¿Eran rivales que competían por los recursos, vecinos pacíficos o incluso colaboradores?
Al integrar datos de cuatro campos clave (producción de herramientas de piedra, estrategias de caza, comportamiento simbólico y complejidad social), el estudio sostiene que diferentes grupos humanos, incluidos los neandertales, los preneandertales y el Homo sapiens, participaron en interacciones significativas en un periodo comprendido entre hace 130.000 y 80.000 años.
TRANSMISIÓN DE CONOCIMIENTOS
Estos intercambios facilitaron la transmisión de conocimientos y llevaron a la homogeneización cultural gradual de las poblaciones. La investigación sugiere que estas interacciones estimularon la complejidad social y las innovaciones conductuales.
Por ejemplo, las costumbres funerarias formales comenzaron a aparecer hace unos 110.000 años en Israel por primera vez en todo el mundo, probablemente como resultado de la intensificación de las interacciones sociales. Un descubrimiento sorprendente en la cueva de Tinshemet es el uso extensivo de pigmentos minerales, en particular ocre, que pueden haber sido utilizados para la decoración corporal. Esta práctica podría haber servido para definir identidades sociales y distinciones entre grupos.
CRISOL DE ENCUENTRO ENTRE GRUPOS HUMANOS
La agrupación de enterramientos humanos en la cueva de Tinshemet plantea preguntas intrigantes sobre su papel en la sociedad de la MP. ¿Podría el sitio haber funcionado como un cementerio dedicado o incluso un cementerio? De ser así, esto sugeriría la presencia de rituales compartidos y fuertes vínculos comunitarios. La colocación de artefactos importantes, como herramientas de piedra, huesos de animales y trozos de ocre, dentro de las fosas funerarias puede indicar además creencias tempranas en el más allá.
El profesor Yossi Zaidner, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, describe al antiguo territorio que hoy es Israel como un "crisol" en el que diferentes grupos humanos se encontraron, interactuaron y evolucionaron juntos. "Nuestros datos muestran que las conexiones humanas y las interacciones entre poblaciones han sido fundamentales para impulsar innovaciones culturales y tecnológicas a lo largo de la historia", explica.